Curriculum - Gilleux Fayre

Dificultad

Dificultad

Dificultad –Jeje-

-Parece que su hijo tiene talento- Menciono una mujer un día común en que el chico con tan solo 8 años de edad se la pasaba en la calle contando historias inventadas a quien se le acercaba. Gilleux nació en las tierras de Escocia junto a dos padres amorosos que siempre estuvieron atentos a él, pero aun cuando no eran de mucho dinero, podían darle un buen estudio, ropa, alimento y casa. Aun así el chico jamás se quejaba de no tener cosas de alto valor monetario. Realmente una de las familias más humildes de ese país y eso no era lo que los hacia resaltar, más bien era el chico de ojos bicolor, quien desde muy pequeño se la pasaba en las calles de su pueblo platicando con las personas. En su escuela siempre fue alguien callado y reservado, algo que molestaba a sus compañeros, un alumno perfecto, atento e inteligente. Se podría decir que sus padres estaban orgullosos de él.

Lo que nadie se esperaba era que detrás de tan dulce niño animado y sonriente podría volverse un completo loco. Así un día, cerca de cumplir su noveno cumpleaños, el chico fue invitado por sus compañeros a un paseo por el gran y famoso Lago Ness, donde comenzaron a molestarlo, empujarlo y burlarse de él, esto cambio totalmente la rutina del escocés causando que su yo oculto saliera y consigo una habilidad nueva. Riendo como desquiciado se levanto del suelo y comenzó a maldecirlos y burlarse de una manera bizarra de los chicos, no hubo contacto físico agresivo, pero en los estudios que les hicieron a los niños pudieron notar un alto temor terminando con un trauma de miedo. Describieron al pequeño dulce Gill como un desquiciado psicópata, algo que muchos no aceptaron y dejaron aquellos comentarios atrás.

Gilleux olvido totalmente lo que había ocurrido aquella vez sin exceptuar su nueva habilidad, el poder hacer magia. Durante años se volvió un autodidacta de su propio poder logrando crear energía de colores, algo que realmente le gusto y exploto. En las calles no solo contaba sus historias si no que con ellas hacia sus mágicas obras, trucos mágicos, ilusiones, aparición y desaparición de objetos, esto causo gran emoción en su pueblo que lo considero su vida, le encantaba tener la atención de las personas y aun más, escuchar los aplausos que recibía por su trabajo.

Consiguiendo una edad mayor, el ahora conocido Mago del pueblo, se pudo notar como las personas iban reduciendo y ya no tenia las mismas a las cuales impresionar, realmente los que siempre podía ver, era a sus padres que lo apoyaron sin negar su habilidad, pero el chico tenia hambre de más, salir de aquel miserable pueblo, que se había vuelto aburrido y viajar a lo desconocido para crecer aun más. Comento esta idea con sus mayores y con una sincera sonrisa lo aprobaron entregándole el dinero suficiente para que viajara, le rogaron que siguiera estudiando y que fuera feliz, que nunca perdiera su sonrisa, él solo acepto.

Justo en la mañana que se iba a marchar, mientras seguía dormido, su pequeña casa se prendió en fuego, los culpables, los niños que alguna vez “ataco” que venían por la venganza. Gilleux, salto de su cama a buscar principalmente a los dos seres que lo crearon, logrando encontrar a su padre fuera de la casa, pero su madre seguía dentro, por lo que se adentro, intentaba hacer algo de magia elemental pero esto solo eran ilusiones de los colores que creaba, no era agua real. Olvidándose de lo que podía o no podía hacer llego hasta la alcoba de sus padres encontrando a su madre junto a la ventana, tirada debajo de un gran y pesado mueble, intento moverlo, pero era algo débil, su madre solo le pidió que se fuera y que no dejara de sonreír. Con lágrimas en los ojos salió del lugar abrazando a su padre. –Maldita suerte!!!- Gritaba con fuerza al viento alterándose completamente, en aquel momento fue la primera vez que gran cantidad de aldeanos lo vieron con una expresión tan…diferente. –Vete- Comento su padre mientras lo tomaba de los hombros –Y cumple tu sueño, se feliz- El chico solo negó con su cabeza y desvió la mirada –Yo…lo intentare…tratare de ser feliz- le afirmo no muy seguro. Así se fue rápidamente después de tomar sus cosas que salieron vivas de la quemazón.

En poco tiempo fue ganando dinero con sus trucos y cuentos en las calles ajenas, llego a probar varias cosas nuevas como el alcohol, algo que afecto su sistema y hacia que su locura saliera a brote con mayor facilidad, también quiso marcarse cuando llego a Irlanda así tatuarse un trébol en su entrepierna, algo que era lógico que sus padres desaprobarían, pero era su hora de disfrutar lo que pensó que no tendría jamas. Poco a poco fue volviendo a perder su brillo y no porque quisiera si no, porque casualmente él mismo fue perdiendo el interés de lo que hacia. Así fue cuando viajando un poco al sur llego hasta Inglaterra donde se encontró en un inmenso circo, un lugar seguro donde ganaría buen dinero y, por su suerte, obtendría aplausos, o eso creía él, por esa razón decidió arriesgarse para probar algo nuevo, trabajar realmente, le gustaría.