Mirror~ Mirror~ [Priv. Bianca]

Heros aquí. El reflejo del peliazul se multiplicaba más y más a medida que avanzaba en ese lugar, la reflexión sin duda era uno de esos fenómenos físicos más llamativos y simples… Ideales para uno que otro truco casual.
Si, había venido nada más por el hecho de que necesitaba inspiración, la idea de ser un mago en ese lugar le entusiasmaba un tanto, algo que había aprendido sin darle mucha importancia sería su estilo de vida; su forma de ganarse el dinero con el que se alimentaría. Después de la partida de su familia no le quedaba mucho en la vida excepto por la estadía en el circo. Y disfrutaría al máximo de ella. ♥

Recostado de uno de los espejos, puso su mente a trabajar de manera lenta, cerrando sus ojos para visualizar un espacio negro… Un lugar donde pudiera dar rienda suelta a sus macabras invenciones y escenarios… Sí, hubiera sido perfecto, si no fuera porque una gran mancha roja se interpuso entre ese lapsus vacío y el joven.
El dolor provocado por esa herida proveniente de la cuota de admisión al circo se convirtió en una punzada intensa de un momento a otro. En verdad le hubiera gustado que aquella pequeña glotona le hubiera dicho de antemano que le arrancaría el corazón, así hubiera podido saborear con gusto la pequeña muerte que tuvo lugar en el periodo en el que aquella bola se ramificaba en su interior… ¿Pero qué se le podía hacer? Ahora tenía un cuerpo extraño que hacía de función bombeante, que se detendría como el dejara de sonreír… Bueno, aquello no sería un problema para Nikolai, alguien que sonreía ante la situación más monstruosa y horrorífica.

Pasó su mano por su pecho, específicamente en la zona donde hace unas cuantas horas estuvo un agujero de tamaño formidable… ¿A qué le supo su corazón a la dulce glotona? Soltó una pequeña y maniaca carcajada ante el pensamiento… Delicioso, fue lo único que pudo responder a ello.
Los reflejos del lugar imitaban cada movimiento del peliazul, que andaba vestido con una chaqueta blanca de bordeado azul, además de una bufanda de un azul intenso y brillante. Los espejos variaban de cóncavo a convexo en un intervalo sin sentido, solo unos cuantos daban una imitación fiel a la vida real, los demás daban formas delgaduchas o grotescamente deformes del visitante.

Se acercó a uno de los paneles que más se acercara a la verdadera visión del mundo y posó su mano, al mismo tiempo que su reflexión lo hizo… como era de esperarse. Por ahora esto era una casa de espejos común.

- Oh~ Imagen mía… ¿Cómo es la vida de tu lado del vidrio?~ - Preguntó con una sonrisa un tanto preocupante…

La pesadez en su cuerpo no era nada comparada con el extraño frío que sentía. Negro y blanco.
"Ah...el techo". Pensó, más bien, razonó superficialmente; tan solo para darse una idea del espacio en que se encontraba, sin recordar motivos.

De manera lenta, se incorporó; refregando sus ojos con auténtica pereza y con la mirada perdida y nublada por un sueño que se negaba a abandonarla. Y así, se mantuvo inmóvil por unos segundos, volviendo a dirigir la mano a sus orbes cuanto se detuvo a contemplarla mejor.


Oh...estaba roja. La volteó y apretó, haciendo que los pliegues de la piel resquebrajaran la sangre seca de una de sus palmas. El sonido monótono resonó en sus oídos; y un escosor potente le hizo arquearse en una combinación de extraño gozo y dolor. Viendo la ausencia total de gente se incorporó en los harapos que se había quedado dormida y sin más se quitó la blusa blanca que ahora era más burdeo que de otro color.
Palpó el lado izquierdo de su pecho, repasando con la yema de sus dedos la cosedura rojiza y aún fresca; que había re-formado con la forma de una "V".

Una sonrisa para nada sana se formó, y una risa se escapó rauda de sus labios. Aún con las medias rayadas y los shorts cortos. Buscó entre las telas alguna polera, encontrando una malva que le quedaba notoriamente larga. Algo estaba mal. Más de lo usual. Su pecho pesaba, pero su cabeza parecía estar volando lejos de su cuerpo.

Una sonrisa demencial estaba plasmada en su rostro, el cabello largo y suelto se mecía al caminar rítmico que hacía. Todo estaba desfigurado, de pronto lo que se llamaba miedo no existía. La carrera loca le llevó a de pronto, verse rodeada de espejos. Se apreció, y una exclamación de alegría salió entrecortada de su cuerpo mancillado. La máquina se apretujaba en su interior, un pulso mecánico. -...Jacaranda floreció en un lugar intangible, Hacia dónde vamos te va hacer querer llorar~ - comenzó a canturrear, dando brincos.

Ah...si, morir se sentía definitivamente raro.

-En este mundo magia tú podrás crear. Mientras que la bruja no se llegue a enterar~ Jack fanfarroneaba
Aqui hacer lo que quieras podrás ~ -Siguió su canción. Siendo una mancha oscura reflejada en la multitud de espejos. Hasta que de pronto, el reflejo dejó de ser ella.
A unos metros, en un espejo se veía un chico. Un sonrojo enfermo se apoderó de ella, más el ente mecánico seguía con ritmo impasible.

El chico de el espejo tenía una cabeza normal, un brazo infernalmente ancho. El torso muy alto, las piernas un tanto cortas, y una máscara de zorro demasiado grande que le tapaba casi todo el cuerpo.

-... Que bello~ ☆- Murmuró, tocando el espejo y queriendo abrazarle. -Ah~ Me pregunto... Es esto vida, muerte, muerte viviente o vida agonizante... ahahaha~ - Habló al aire, recostándose en el piso y elevando sus piernas a uno de los espejos. -Moo~ ... La soledad es mala ¿Eh? Tu que piensas... - le habló a uno de los reflejos, sin dejar de sonreir para luego golpear el vidrio con fuerza, haciendo que sangre emanara por su brazo. -Contéstame...vamos.. Kishi~☆-

Era obvio, un simple y estúpido reflejo no le contestaría a la pregunta, no era más que una ilusión creada por la luz rebotando en la superficie pulida… Le hubiese gustado conversar consigo mismo, quizás hubiera conseguido una anécdota interesante o una memoria olvidada de esa interacción.
Soltó la mirada a el espejo y se dio la vuelta, encontrándose con algo curioso; una fémina, o al menos, lo que debería ser su otro yo, atrapado en una de las jaulas de vidrio. No puedo evitar dar una sonrisa un tanto insana mientras se acercaba a esa reflexión proyectada, su brazo estaba sangrando al mismo tiempo que golpeaba aquella puerta a otro mundo, el ruido sordo de los inútiles toques provenía de una distancia moderada de la posición actual… Todo indicaba que no estaba solo, algo bastante obvio si es que su mente no estaba jugando con él; el cambio brusco de ambiente a su vez que el aura de descontrol que desprendía la carpa era suficiente para que el ser más realista experimentara dudas en su preciada doctrina.

Además del brazo agonizante; al cual no parecía prestarle mucha atención, pudo apreciar sus otras facciones un tanto deformadas por las propiedades del reflector, sus orbes eran dos platos de gran tamaño, cada uno con un color representativo y distinto del otro… Una heterocromía muy marcada por así decirlo. Sus brazos palillos de seda fina, que pareciera se podrían quebrar con un simple toque, sus caderas un bulto monstruoso… Aunque aquella figura fuera digna de un artista abstracto, el podía apreciar la belleza original, quería verla.

- Cada uno tiene su punto de vista… Pero esto en verdad es extraño, ¿No crees?~ - Habló con un tono de voz un tanto alto para que la chica pudiera escuchar su respuesta con claridad, a medida iba posándose en el espejo, observando cuidadosamente a aquella mujer, saltándose las bondades y desgracias que le había dado el espejo. Aún seguía intrigado con aquellos ojos tan llamativos… Le gustaban. - Tiene sus puntos débiles y sus puntos fuertes~ Hay cosas que se hacen mejor en soledad~ - Replicó soltando una pequeña risa que mostraba intenciones no muy puras, y es que el contacto con aquel ser le resultaba interesante, era la primera criatura que se encontraba en el circo.

Esperaba poder verla, que no fuera producto de su imaginación, ya suficientes decepciones había sufrido en su pasado, y la verdad es que no era su sensación favorita… Aunque decepcionar a los demás era un buen pasatiempo~ ♥

Se quedó allí, tendida en el piso con el cabello regado por él. Contrastando inmensamente y pareciendo una cascada obscura que se extendía en diferentes caminos, agazapándose sobre las baldosas como auténticas patas de arácnido.

Una sonrisa que dejaba entrever un poco sus dientes ya era una consigna. Mirando complacida los trozos rotos de aquel cristal sobre el piso, brillando de manera intensa y reflejando la difusa forma que alcanzaba a captar. Ignoró el dolor punzante del brazo; que no era nada comparado con cada bombear que aquella máquina producía en su interior. Comparado con eso, no podía haber una peor herida por ahora. Estiró su cuello hacia atrás, viendo un reflejo diferente del chico pero obviamente; de cabeza.
Era curioso, pensó. Las facciones no eran asiáticas, y sin embargo, vestía con ropas tradicionales de alguno de ellos. Totalmente en contraste, como un souvenir mal hecho. ¿Donde estaría? Ignoraba completamente lo correspondiente a la física; no la habían educado para eso.

-Nyo~ron?- Musitó, dando un par de parpadeos perpleja. ¿Le había hablado? ¿De donde venía la voz? ¡Por los espejos podria ser en cualquier lugar! ¡Que interesante!. Con la mera fuerza de su espina dorsal se levantó en un movimiento oscilante, mirando otro de los reflejos. -Haha! ☆ ¿Qué es "normal" para que digas que esto es "extraño? ¡Nadie puede saberlo! Así que a nadie hay que preguntarle ~ - canturreó, hablando con ánimos. Quedando sentada a horcajadas sobre el piso con el flequillo tapándole momentáneamente los ojos. -¡Yo pienso que esto es fascinante, Pya~n! -

Dió un par de aplausos emocionada cuando oyó la voz de vuelta. ¡Realmente había alguien ahí! Comenzó a andar a gatas por el piso, para de a poco ir finalmente poniéndose de pie y corretear en circulos, con las mangas demasiado largas de la playera molestándole. -Ah~ Supongo que si... pero~ si con lo que estás no tiene vida entonces ¿Realmente puedes decir que no estás solo? ¡Algo siempre estará allí! ☆ - Tenía una voz apacible... ella solo estaba acostumbrada a oir la mecánica de sus amigas sin vida real.

Siguió la voz a tientas, hasta ver una figura oscura de pie al frente de unos espejos, dándole la espalda. Se lanzó entonces, como pantera hasta tomarle del brazo por atrás. -La "soledad" se sentía muy sola, así que siempre busca a "alguien" que la acompañe...Un, dos, tres. Por tí~! ☆ - Dijo con ánimos, tal cual como si hubieran estado jugando a las escondidas. Sacudió entonces su brazo, dejando caer trozos de vidrio, junto con una lluvia carmesí sobre el piso, jugando a quitarse los trocitos incrustados mientras veia de reojo con picardía al chico más alto.