Entrevista de Armando Crespo

1.- ¡Bienvenido seas al circo! – risas alegres e infantiles. Desde su lado del escritorio agita sus brazos alegremente - ¡Yo soy Nimmersatt Beelzebub, pero todos me llaman la Glotona Insaciable! – No se nota gracias a su máscara, pero una demencial sonrisa se ha posado en sus labios – ¿Cómo te llamas y por qué viniste a trabajar al circo?

La miró por un momento, sonriéndole un tanto nervioso, acomodándose en su sitio y luego jugando un poco con el bordado de su camisa, de cierta forma intentando distraerse con aquello para que no se le notara mas nervioso de lo que estaba -Mi nombre es Armando Joseph Crespo y vine aquí porque… porque no tengo realmente que mas hacer con mi vida- se sinceró, suspirando y luego volviendo a mirar a la chica, esperando que aquello no le diera puntos en contra en ello.

2.- Ahhh~ Interesante… - comentó mirando al techo, gesto que, obviamente, dejaba notar que no le interesaba en lo absoluto lo que le acabas de contar. Te mira con expresión aburrida, haciendo un puchero bajo la gruesa tela de su mascarilla – Y bueno… ya que estás aquí por eso… ¿Cuánto pesas? – inquiere con mayor interés y levantándose de su silla – Pobre de que reacciones mal.

Su rostro se tornó de un fuerte color rojizo ante tal pregunta, no pudiendo evitar tocarse un poco y pensar en cuan difícil le era el bajar de peso con todo lo que había pasado en el año. Volvió a suspirar, intentando calmarse, sintiendo su rostro arder ya mucho menos que segundos atrás -P-peso unos…ochenta kilos, s-señorita- su voz obviamente denotaba cuan avergonzado se encontraba ante lo que le acababa de confesar, mirando un poco el suelo y luego a la chica para ver lo que hacia después.

3.- …No es tanto… pero tampoco es poco – mira de un lado a otro. Las pesadas cadenas que trae encima suenan con cada paso que da, acercándose hacia ti. Se queda parada a tu lado y te mira despectivamente ¿Cómo reaccionas? –

Le queda mirando un momento, parpadeando sus ojos café con extrañeza ante la cercanía de la muchacha, mirándole fijamente por unos minutos; pensando en cuan difícil era descifrar lo que pensaba la chica tanto por aquella mascara que cubría su rostro aunque ¿De cuando acá el se percataba de lo que los otros pensasen? No pudo evitar reír muy bajo y de manera avergonzada ante su propio pensar.

4.- Hmmm… Anonee~ Si te doy a elegir entre una cortaplumas, una muñeca sin cabeza, un alambre de púas o un patito de hule ¿Qué elegirías? – alza una mano y pokea tu sien. Su mano es más gélida que el hielo y te causa mala espina –

Un escalofrio recorrió todo el largo de la columna ante aquel simple toque, la chica era en verdad muy fría , o bueno, su mano lo era; sin embargo, ni bien se recuperó de aquello pensó en las opciones dadas -Supongo que el cortaplumas seria mi elecci--

5.- - Mientras respondes toma tu mano y alza tu brazo, comenzando a pokearlo. Tienes ganas de inquirir el porqué lo hace… ¡Adelante! ¡Hazlo! –

Ni siquiera pudo terminar su frase cuando sintió aquella acción, dando un pequeño brinco ante aquel toque, parpadeando mas y mirándole con total extrañeza -Disculpe ¿Por qué hace eso? Es un poco raro a decir verdad- ladeó la cabeza un poco, aun sin entender del todo a aquella curiosa chica.


6.- ¿Eh~? – parpadea un tanto y vuelve su atención hasta ti – Veía qué tal estabas de contextura. Sería horrible que fueras puros huesos. – Carraspea un poco y vuelve a su tono risueño – Bueno~ siguiente pregunta ¿Soledad o multitud?

Se la quedó mirando largo rato ante aquello, no pudiendo evitar sonreírle con amabilidad a la chica, aquella respuesta le había parecido tan extraña pero a la vez tan buena para él, eso quería decir que no se le notaba cuan grueso era realmente. - Yo, bueno, yo prefiero la soledad a decir verdad-


7.- Ahhh… Que desperdicio – se encoge de hombros ante tu respuesta – Pensaba que eras diferente… ¿qué se le va a hacer? – rueda los ojos y se sienta sobre su escritorio, tirando la bola de hierro al final de las cadenas que trae encima sobre el mismo. Te da curiosidad el porqué las trae encima ¿le preguntas o no? –

Al escuchar nuevamente aquel sonido, no pudo evitar girar la cabeza para ver desde donde comenzaba aquella bola hasta el lugar que conectaban, su mirada luego posándose en el rostro de la chica un momento -Disculpe la pregunta ¿Por qué es que usa aquello?- no pudo evitar preguntar, era demasiado notorio para no hacerlo.


8.- - Te observa con el ceño fruncido para decir - ¡No te interesa! – y se cruza de brazos infantilmente. Suelta un extenso suspiro y ladea un tanto la cabeza, mirándote fijamente de la cabeza a los pies - … … ¿Negro, azul, rojo, blanco o naranja? – suelta sin más. –

-Naranja, rojo y azul- parpadea, mirándole mas extrañado que antes, ladeando la cabeza, sin el entender si eran colores que le gustaban o no, aunque suponía que era mas que eso.

9.- - Sus preguntas te tienen confundido, es tu turno de preguntar. ¿Aprovechas o no? –

-Mmm ¿Hay …alguna razón del porque hace aquellas preguntas, señorita?- su voz sonaba algo dudosa, sin embargo prefería preguntar de una vez antes que luego ya no pudiera hacerlo de nuevo


10.- - Ignora si le quieres preguntar algo. Mira sus uñas para luego decir – La última pregunta ¿alondra blanca, cuervo o algún otro animal?

Suspira ya resignado, rascándose los cabellos un momento, al parecer no había razón para preguntar si le iba a ignorar de aquella forma. -El tigre o cualquier felino , me gustan mas ellos – rió un poco, sonriendo.

11.- - Ante tu respuesta se baja de un salto de su escritorio y te obliga con una fuerza sobre humana a que te pongas de pié, – Debes irte, ahora. – dice con frialdad. Su voz suena doble por alguna razón y más baja que en momentos previos. Comienza a empujarte fuera de la carpa - ¡Te llamaré! ¡Ahora vete!

Se estremece ante aquel tono de voz, asintiendo y antes de que le bote por completo asiente con la cabeza- U-Un gusto haberla conocido señorita…Gracias- sin mas comienza a caminar por si solo hacia la salida.

12.- ¡¡Oyeee!! ¡¡Esperaaa!! - te llama desde la entrada de la carpa y te sigue, extendiendo su mano hacia ti. Te mira con el ceño fruncido - ¡Cabeza de pollo! ¡Olvidaste entregar tu curriculum! ¡Dámelo ahora!

Le mira extrañado pero sonríe avergonzado ante su torpeza y se busca entre las ropas para darle el curriculum pedido. -Aqui tiene, disculpe las molestias- rió aun mas avergonzado, sonrojandose algo.